24 may 2013

Relato: El Goblin

Sus ojos no habían visto el sol. Siempre que el alba estaba cerca sentía un profundo sueño y tenía que dormir. En algún agujero en la roca o si era necesario escavaba un agujero en el suelo. Su olor se había forjado durante años de no lavarse, incluso la lluvia lo molestaba y apenas bebía agua. Se alimentaba de alimañas en épocas en las que no había guerras, pero su carne favorita era la humana. Ni siquiera la cocinaba, simplemente la engullía sin masticarla. Ya faltaba poco para la batalla, ya estaban cerca. Dentro de poco probaría su manjar favorito…

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